En la desesperación de bajar unos kilos para la fiesta la próxima semana, todas nuestras esperanzas recaen en la dieta maravillosa que nos recomendó nuestra amiga que se sabe todas las dietas y que incluso las ha probado todas. Seguimos al pie de la letra la dieta de la toronja o de las palomitas o de la luna; a veces nos dará resultado, a veces no. Pero lo único que logramos al final es someter a nuestro cuerpo a un cambio drástico en su metabolismo que a final de cuentas, tarde o temprano tendrá sus efectos en nuestra salud.
Si queremos bajar de peso debe ser por razones de salud, buscando asesoría para una dieta equilibrada y un programa de ejercicios que nos mantenga en forma y en nuestro peso. Sin embargo, es más fácil sacrificarte unos días a cambio de comer sin limitaciones el resto del tiempo. Lee a continuación:
DIETAS HIPOENERGÉTICAS
Tales son la dieta de la uva, del plátano, de la nieve, etc. Estas dietas aportan una cantidad mayor de calorías, pero sigue estando desequilibrada y el cuerpo no recibe lo que necesita para su correcto funcionamiento.
DIETAS DE BAJO CONSUMO DE CARBOHIDRATOS Y ALTO CONSUMO DE PROTEÍNAS
Estas dietas en las que se promueve ingerir carne, huevos, quesos grasos y la eliminación de hidratos de carbono contenidos (arroz, pasta, etc.) pueden provocar una descalcificación y daños en los riñones por el exceso de nitrógeno. Se provoca fatiga por la falta de hidratos de carbono que son los que nos proporcionan energía para realizar nuestras actividades diarias. Además, estas dietas provocan deshidratación y se elevan los niveles de colesterol y triglicéridos. Se incrementan también los niveles de ácido úrico (causantes de la temida “gota”). Otro inconveniente es que se genera mal aliento por la descompensación química en el organismo. Otra gran desventaja es la falta de fibra en la dieta, que provoca el estreñimiento.
DIETAS DE BAJAS CALORÍAS (HIPOCALÓRICAS)
Estas dietas tienen un mínimo de calorías o son las dietas de las proteínas que excluyen los carbohidratos (que por engordadores). Estas dietas drásticas también provocan un desequilibrio en el organismo que puede desencadenar males secundarios como insomnio, ausencia de la menstruación (amenorrea), calambres, piel seca, mareos y alteraciones en el sistema digestivo.
DIETAS DE UN SOLO ALIMENTO
Estas consisten en una dieta basada en un solo alimento, como la dieta de la toronja o la del caldo de verduras. Además de ser una dieta tediosa, está completamente desequilibrada y puede alterar el sistema digestivo. No es muy saludable ya que no aporta los nutrientes que el cuerpo necesita, provocando un desequilibrio en el organismo.
DIETAS DE ALTO CONSUMO DE CARBOHIDRATOS
Como ejemplo está la dieta del arroz. La baja cantidad de proteínas y grasas disminuyen también la aportación de ácidos grasos esenciales, vitaminas liposolubles y las proteínas tan necesarias para la formación de células. Demasiada fibra evita que el cuerpo absorba suficientes nutrientes y llega a irritar la flora intestina. También se presenta la pérdida de masa muscular y un descenso en la presión arterial, con sus ya conocidas consecuencias.
Y ¿en qué se basan las dietas anteriores? ¿Por qué tenemos tanta confianza en que son infalibles? Desgraciadamente nos hemos formado conceptos equivocados acerca de cómo funciona nuestro organismo y aceptamos cualquier solución sin cuestionarnos si es científicamente aceptable… preferimos sentir que es una solución mágica para lograr una silueta de modelo. Te describimos a continuación algunos conceptos equivocados que son necesarios erradicar:
Beber líquidos durante la comida engorda.
El agua no aporta calorías, así que no representa una amenaza para tu dieta. El dilema ha surgido porque al beber demasiados líquidos durante la comida, se diluyen los jugos gástricos y la digestión se dificulta. El remedio aquí es tomar poco agua, masticar bien los alimentos e incluir ensaladas y verduras que contienen gran cantidad de agua.
Los hidratos de carbono engordan.
Los hidratos de carbono son los responsables de proporcionarnos energía para nuestras actividades diarias. También aportan la fibra que ayuda a regular la función del aparato digestivo. De ninguna manera constituyen una causa para la obesidad y su restricción en la dieta no es recomendable. Pero debemos poner atención a evitar el consumo de harinas blancas procesadas, azúcar blanca refinada y todas las golosinas basadas en harinas, dulces, etc. Estos sí que son los hidratos de carbono dañinos tanto por el aumento de peso como por la toxicidad para el organismo a largo plazo.
Las frutas dulces engordan.
Existen frutas muy dulces como el plátano, mango o uvas que aportan más energía. Contienen más calorías que otras frutas pero de ninguna manera debes erradicarlas de tu dieta, ya que aportan nutrientes esenciales para tu organismo.
Los alimentos “light” adelgazan.
Los alimentos “light” contienen menor cantidad de calorías que el producto original, pero ingerir una dieta basada en productos “light”, no es lo más recomendable. Los errores pueden presentarse al pensar que consumir muchos productos light te permite comer de más de otros alimentos más calóricos, o simplemente no sigues una dieta equilibrada.
Los productos integrales no engordan.
Nada más lejos de la verdad. Muchas personas tienen el concepto equivocado que los productos integrales contienen menos calorías que los no integrales. La diferencia consiste principalmente en la aportación de fibra que el organismo necesita, además que los productos integrales son más sanos que los productos refinados o muy procesados. No te dejes llevar y te comas un paquete de “gorditas” integrales pensando que no te engordarán, nomás lee la Información nutrimental y te darás cuenta.
Saltarse comidas ayuda a adelgazar.
Qué nefasta costumbre de dejar de desayunar y cenar para comer solamente en la comida de al medio día. Hacer esto somete al organismo a un ritmo y alteración del metabolismo que no es natural, a menos que te la pases acostada en cama sin hacer nada. Si empiezas tu día temprano y tienes actividades todo el día, necesitas ingerir alimentos en el desayuno y luego en la comida y finalmente en la cena.
