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Disciplina y constancia en las dietas

Beautiful fit woman eating healthy salad
Una de las razones por las cuales los planes de alimentación saludable en algunas personas no surten el efecto deseado (reducción de peso, vitalidad, desaparición de síntomas molestos en el cuerpo, etc.) se debe a la necedad y falta de compromiso. En efecto, cualquier persona que ha logrado con éxito, y persiste en ello, liberarse de esos kilos de más, estar más vigorosa, no sentir mareos, dolores de cabeza o padecimientos similares gracias a su disciplina y constancia en las dietas son ejemplos dignos de imitar. Hay que recordar que la palabra dieta no significa comer para bajar de peso. Es todo lo que comemos, aquello con lo que voluntariamente nos alimentamos o no nos alimentamos, vale la pena también decir.
Se pueden indicar algunos factores de riesgo y de fracaso en el no mantenimiento de la disciplina y constancia en las dietas saludables. Por un lado, está la compra compulsiva de productos que las personas que quieren hacer este plan saben que no les hacen bien. Los pasteles, las comidas fritas, los dulces, los pasabocas, etc., representan una tentación que siempre estará dispuesta para quien quiera en algún momento satisfacerse de galguerías. La solución es sencilla y dolorosa para algunas personas: reemplazar estos elementos por frutas, cereales y galletas integrales, latas de atún, jugos sin azúcar, legumbres, complementos vitamínicos naturales…
Otro factor que condena al fracaso el mantenimiento de dietas saludables es la resignación. Hay dos clases de dietas en cuanto a elección determinante para el peso: para subir y para bajar. Cuando pensamientos como: “Este es mi cuerpo y así me voy a quedar”; “Qué pereza hacer todo ese sacrificio para adelgazar (o aumentar)”; “Así me tienen que querer como estoy”, etc., dejan que se aposenten en la mente, no hay caso para avanzar positivamente. Así mismo, cuando se trata de dietas para tener mayor energía o beneficiar todos los procesos corporales, estas maneras de pensar ponen un gran obstáculo.
La influencia negativa de la publicidad hace que muchas mujeres y muchos hombres no cuenten con una disposición fuerte para seguir adelante con una dieta provechosa. Anuncios de productos light que en realidad no pueden superar a los productos naturales, presentación de condimentos y aderezos de una manera tentadora, etc., influyen en estos individuos que no cuentan con la suficiente autodeterminación para mejorar su calidad de vida. En vez de enfocarse en estos anuncios, es mejor que se lea sobre las condiciones negativas de salud al derivarse de una dieta insalubre y poco provechosa. Así, podría haber mayor compromiso.
Por último, considerar a las dietas como un sacrificio temporal y no como un estilo de vida, hace que estas sean tomadas desde el lado negativo y no positivo.

na de las razones por las cuales los planes de alimentación saludable en algunas personas no surten el efecto deseado (reducción de peso, vitalidad, desaparición de síntomas molestos en el cuerpo, etc.) se debe a la necedad y falta de compromiso. En efecto, cualquier persona que ha logrado con éxito, y persiste en ello, liberarse de esos kilos de más, estar más vigorosa, no sentir mareos, dolores de cabeza o padecimientos similares gracias a su disciplina y constancia en las dietas son ejemplos dignos de imitar. Hay que recordar que la palabra dieta no significa comer para bajar de peso. Es todo lo que comemos, aquello con lo que voluntariamente nos alimentamos o no nos alimentamos, vale la pena también decir.
Se pueden indicar algunos factores de riesgo y de fracaso en el no mantenimiento de la disciplina y constancia en las dietas saludables. Por un lado, está la compra compulsiva de productos que las personas que quieren hacer este plan saben que no les hacen bien. Los pasteles, las comidas fritas, los dulces, los pasabocas, etc., representan una tentación que siempre estará dispuesta para quien quiera en algún momento satisfacerse de galguerías. La solución es sencilla y dolorosa para algunas personas: reemplazar estos elementos por frutas, cereales y galletas integrales, latas de atún, jugos sin azúcar, legumbres, complementos vitamínicos naturales…
Otro factor que condena al fracaso el mantenimiento de dietas saludables es la resignación. Hay dos clases de dietas en cuanto a elección determinante para el peso: para subir y para bajar. Cuando pensamientos como: “Este es mi cuerpo y así me voy a quedar”; “Qué pereza hacer todo ese sacrificio para adelgazar (o aumentar)”; “Así me tienen que querer como estoy”, etc., dejan que se aposenten en la mente, no hay caso para avanzar positivamente. Así mismo, cuando se trata de dietas para tener mayor energía o beneficiar todos los procesos corporales, estas maneras de pensar ponen un gran obstáculo.
La influencia negativa de la publicidad hace que muchas mujeres y muchos hombres no cuenten con una disposición fuerte para seguir adelante con una dieta provechosa. Anuncios de productos light que en realidad no pueden superar a los productos naturales, presentación de condimentos y aderezos de una manera tentadora, etc., influyen en estos individuos que no cuentan con la suficiente autodeterminación para mejorar su calidad de vida. En vez de enfocarse en estos anuncios, es mejor que se lea sobre las condiciones negativas de salud al derivarse de una dieta insalubre y poco provechosa. Así, podría haber mayor compromiso.
Por último, considerar a las dietas como un sacrificio temporal y no como un estilo de vida, hace que estas sean tomadas desde el lado negativo y no positivo.

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