Todos sabemos que hacer ejercicio regularmente es muy provechoso. El ejercicio tiene beneficios cardiovasculares, ayuda a mantener el peso y disminuye eficazmente el estrés. Además, tiene otro beneficio que muchos ignoran: la actividad física regular robustece el sistema inmunológico y nos protege contra los resfriados.
Nos enfermamos debido a los gérmenes y a cuán susceptible somos a éstos. El sistema inmunológico determina nuestro grado de vulnerabilidad y sus defensas pueden debilitarse a medida que envejecemos, si nos alimentamos mal, si no dormimos lo suficiente, si fumamos o llevamos una vida sedentaria. De hecho, ya varios investigadores han analizado los efectos del ejercicio en el sistema inmunológico. Los resultados indican que un adulto promedio contrae gripe de dos a cinco veces al año, mientras que las personas muy activas se resfrían un 25% menos al año que las personas sedentarias.
Robustece tus defensas
Cuando hacemos ejercicio, nuestro sistema inmunológico experimenta varios cambios. Algunas células de defensa empiezan a circular más rápido por todo el organismo y, por lo tanto, pueden desplazarse y atacar las bacterias y los virus con mayor rapidez. Aun cuando el sistema inmunológico regresa a su estado normal varias horas después de la actividad física, el impulso que se recibe se prolonga a largo plazo y aumenta las posibilidades de victoria de nuestras defensas.
A estas alturas, muchos se preguntarán si entonces deben ponerse a hacer ejercicio para curarse más rápido. La cosa no es tan sencilla y es necesario investigar más este punto.
¿Hacer ejercicios con gripe?
La mayoría de los expertos concuerdan en que podemos hacer ejercicio moderado, como caminar, cuando tenemos los síntomas normales de resfriado, sin fiebre. Sin embargo, no es conveniente hacer ejercicio de manera intensa. Es mejor esperar hasta varios días después de que los síntomas se hayan desvanecido. Por otro lado, si tenemos los síntomas típicos de la gripe, como dolor muscular, fatiga extrema, inflamación de los ganglios y fiebre, hay que esperar dos semanas antes de volver a empezar una rutina de ejercicios intensa.
Hacer muy poco ejercicio es perjudicial para nuestro sistema inmunológico, pero hacer mucho también puede tener efectos negativos. Hay que encontrar el equilibrio adecuado entre la actividad, la alimentación y el descanso. Por lo tanto, si queremos tener menos resfriados durante este año, ¡a mover el cuerpo!