La dieta ideal para niños gorditos

Es importante determinar la nutrición adecuada para tu hijo.  Lo que coman los niños en casa influirá en sus hábitos y las decisiones que tomen respecto de la comida fuera del hogar, y también afectará lo que hagan en un futuro.  Estas cinco recomendaciones simples te ayudarán a encaminar a tu hijo para que tenga toda una vida de buena salud:

1. Pon énfasis en los alimentos con bajo contenido de grasas y colesterol. Acostumbra a tu hijo a que consuma alimentos y refrigerios bajos en grasas y colesterol. Esto le dará una enorme ventaja para prevenir el endurecimiento de las arterias y la enfermedad cardíaca en las futuras etapas de la vida.
2. Restringe el consumo de sal. Enséñale a tu hijo a comer y disfrutar de los alimentos con menos sal, desde ahora. Enséñale a no echarle sal a la comida, y no uses el salero ni lo pongas en la mesa a la hora de comer. Al hacer esto, probablemente continuará consumiendo una dieta baja en sal en su vida adulta, que es cuando consumir una dieta con alto contenido de sal podría contribuir a tener presión arterial alta.
3. Limita los refrigerios con azúcar.   Las golosinas y las sodas contienen principalmente azúcar refinada. Estas comidas tienen muchas calorías, pero la mayoría son calorías “vacías”, que son las que tienen poco o ningún valor nutricional.
4. Incluye suficiente hierro. Numerosos estudios han demostrado que la deficiencia de hierro y la anemia por deficiencia de hierro están asociadas con las deficiencias del proceso de aprendizaje y del desarrollo mental. Otra razón para asegurarte de que tu hijo consuma suficiente hierro es que la deficiencia de este mineral puede también contribuir a que el cuerpo sea más susceptible a la absorción del plomo presente en el ambiente. El exceso de plomo en la sangre puede causar graves daños cerebrales. Asegúrate de que tu hijo consuma una dieta rica en fuentes de hierro de calidad. Si tu niño se caracteriza por comer poco, tal vez sea necesario que tome un complemento de hierro todos los días. No olvides consultarlo con tu proveedor de atención de salud.
5. Agrega más alimentos con fibra en las comidas. La fibra no solo facilitará la digestión de tu hijo, sino que, además, hay evidencias que indican que ayuda a protegerlo de las enfermedades gastrointestinales (como apendicitis y diverticulitis) y del cáncer de colon y recto.

Estos son algunos ejemplos específicos de cómo puedes cumplir con las recomendaciones anteriores:

1. Prepárale a tu hijo más pescado y pollo sin piel, y menos carne de ternera, cerdo y cordero. Evita comer muchas carnes grasas, como el tocino o las salchichas.
2. Cocina el pescado y el pollo asado, horneado, al vapor o hervido. Para estos métodos de cocción no es necesario agregar grasa o aceite, los cuales aportan muchas calorías. Evita preparar o comprar alimentos fritos.
3. Para reducir el colesterol, limita la cantidad de huevos que consume tu hijo, a tres o cuatro por semana (las yemas constituyen la fuente de colesterol más alta y concentrada que se consume habitualmente).
4. Después de los 2 años de edad, reemplaza la leche entera por leche descremada o con bajo contenido graso. Reduce el consumo de productos lácteos con alto contenido graso, como los helados, la crema batida y los quesos grasos.
5. Sírvele ensaladas, frutas y verduras frescas a tu hijo todos los días, tanto en las comidas como en los refrigerios.
6. Ofrécele pan integral, arroz integral, pan de tipo pumpernickel y pan de centeno integral, así como también otros productos con granos integrales.
7. Limita los alimentos con alto contenido de azúcar o de sal. No pongas el salero en la mesa.

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